El BDSM es un conjunto de prácticas sexuales, roles y/o identidades en la que ambos participantes, o más, dan su consentimiento para realizarla. De esta manera incluyen en su encuentro sexual prácticas de dominación y sumisión.
Las personas que se identifican con el BDSM lo viven como un estilo de vida, algo así como una forma de relacionarse con el otro a través de una manera de acceder al placer no exclusivamente genital.
O simplemente para ampliar la sexualidad habitual, o como un juego entre los miembros de una pareja que les atrae probar diversas actividades para escapar de la rutina sexual habitual.
Veamos primero que significan sus siglas
Bondage: Hace referencia a prácticas de esclavitud sexual a partir de las ataduras físicas o simbólicas.
Disciplina: Hace referencia a prácticas eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento, posturas según las circunstancias, etc. Esta disciplina encierra prácticas de Dominación y Sumisión. Estos dos roles se complementan dando lugar a esta práctica.
Sadismo: Hace referencia a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que acepta esa situación. Aquí intervienen los términos de sumisión y masoquismo (al sumiso le gusta recibir el castigo).
Bases fundamentales
La base de esta práctica es la confianza mutua, casi ciega en la pareja.
Si no existe esta base de confianza o no conocen bien a su pareja es aconsejable no realizarla.
Consenso y Roles
Cuando hablamos de consenso nos referimos a que las partes se ponen de acuerdo en la intensidad, es decir, definir los límites del dolor que están dispuestos a recibir (resumido en las siglas SSC: sensato, seguro y consensuado).
Habitualmente hay dos roles preponderantes: el amo/a y sumiso/a, los que deben ser previamente acordados y que marcan de manera significativa un traspaso de poderes, Erotic Power Exchange (EPE o Intercambio Erótico de Poder) en donde una parte ejerce el rol dominante o activo, y otra parte el sumiso o pasivo.
Como parte de la practica involucra la representación de fantasías y juego de roles, es fundamental tener una palabra se seguridad, que no sea malinterpretada o tomada como parte del juego, nos referimos a esa palabra que significa que el juego debe interrumpirse en ese mismo momento.
Ante esta palabra, el amo debe parar automáticamente la práctica que está realizando.
La palabra de seguridad se acuerda antes de comenzar el juego.
Para tener en cuenta
Para tener una visión amplia del tema, vamos a tener en cuenta las posibles complicaciones que se pueden presentar si practicamos BDSM
1. Lesiones musculares: Cuando la atadura no se realiza adecuadamente puede producir lesiones en nervios y músculos. La gravedad dependerá de la presión y el tiempo que se mantenga el amarre. Recuerden que hay expertos en amarre, no intenten imitar películas o videos. Con un nudo simple es suficiente en ocasiones.
2. Heridas en la piel: Cuando las cuerdas no se atan adecuadamente, puede producir cortes en la piel, sobre todo en tobillos manos y muñecas. También puede cortar la circulación de la sangre y provocar hematomas. Utilicen cuerdas específicas para BDSM.
3. Asfixia: Si la atadura se hace alrededor del cuello; con los brazos rodeando el pecho o se amordaza la boca podría presentarse reducción en la entrada de oxígeno. Esto puede ocasionar dolor de cabeza, desmayo e incluso asfixia.
Aquí lo importante es que ambas partes disfruten. No es necesario convertirlo en un estilo de vida (a menos que lo deseen), sino más bien tomar de esta práctica aquello con lo que se sientan cómodos.
Como todo en la vida, es cuestión de probar.
1. Lesiones musculares: Cuando la atadura no se realiza adecuadamente puede producir lesiones en nervios y músculos. La gravedad dependerá de la presión y el tiempo que se mantenga el amarre. Recuerden que hay expertos en amarre, no intenten imitar películas o videos. Con un nudo simple es suficiente en ocasiones.
2. Heridas en la piel: Cuando las cuerdas no se atan adecuadamente, puede producir cortes en la piel, sobre todo en tobillos manos y muñecas. También puede cortar la circulación de la sangre y provocar hematomas. Utilicen cuerdas específicas para BDSM.
3. Asfixia: Si la atadura se hace alrededor del cuello; con los brazos rodeando el pecho o se amordaza la boca podría presentarse reducción en la entrada de oxígeno. Esto puede ocasionar dolor de cabeza, desmayo e incluso asfixia.
Aquí lo importante es que ambas partes disfruten. No es necesario convertirlo en un estilo de vida (a menos que lo deseen), sino más bien tomar de esta práctica aquello con lo que se sientan cómodos.
Como todo en la vida, es cuestión de probar.
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