lunes, 5 de marzo de 2018

DERECHOS SEXUALES PARA TODOS

En la semana de la mujer,  compartimos nuevamente estos derechos universales, es decir, para todos!! 
Los tiempos siguen avanzando pero aún  debemos aclarar que son para hombres y mujeres.
Deseamos que muy pronto no tengamos que recurrir a un día festivo para recordale al mundo que las mujeres tienen los mismos derechos sexuales y de cualquier tipo que los hombres.


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Los derechos sexuales son Derechos Humanos Fundamentales y Universales, por eso en el XIII Congreso Mundial de Sexología celebrado en Valencia en 1997 declaró los 11 derechos sexuales que todas las personas tenemos y deberíamos tener para disfrutar de una salud sexual saludable y libre. 

Estas son: 
1. El derecho a la libertad sexual
Esto abarca tener la posibilidad de expresar la sexualidad libremente. Sin embargo, hay que recordar que los abusos sexuales, la explotación o coerción contra otros no caben en esta expresión. Hacer daño a otros para expresar tu sexualidad no es sano ni estás ejerciendo tu libertad, es violencia.

2. El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo
Todas las personas tenemos el derecho de tomar nuestras propias decisiones en cuanto a nuestra sexualidad “dentro del contexto de la ética personal y social”, según dijo el Congreso Mundial de Sexología. Además, añade que aquí también se incluye el poder tomar el control sobre nuestros cuerpos “libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo“.

3. El derecho a la privacidad sexual
Todas las personas tenemos derecho a tomar decisiones sobre nuestra sexualidad y nuestras conductas individuales “realizadas en el ámbito de la intimidad”. Es decir, derecho a la masturbación o cualquier otra conducta sexual realizada en privado y en solitario. Y, de nuevo, siempre y cuando no interfieran en los derecho sexuales de otros. Masturbarte delante de otros sin su consentimiento sí es acoso sexual.

4. El derecho a la equidad sexual
Este derecho hace referencia a la oposición de cualquier forma de discriminación, “independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación física y emocional”.

5. El derecho al placer sexual
Todo ejercicio de la sexualidad debería estar enfocada al placer de las personas. Por eso se quiso blindar el derecho al placer, incluyendo el autoerotismo y la masturbación. Ejercerlo es fuente de bienestar físico, psicológico y emocional. 

6. El derecho a la expresión sexual emocional
Más allá del placer que les proporcionen sus cuerpos (no solo sus genitales), todas las personas tienen derecho a expresar su sexualidad mediante “la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor”.

 7. El derecho a la libre asociación sexual
Aunque todavía no esté legalizado ni regularizado en muchos países del mundo, este derecho incluye la posibilidad de contraer (o no) matrimonio, de divorciarse o de establecer cualquier tipo de asociación sexual responsable y consentida. Como por ejemplo, compartir piso con tu pareja sin tener necesariamente ningún tipo de vínculo matrimonial.

8. El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables
El derecho a decidir tener hijos o no tenerlos, cuántos se tienen, con quién y qué tiempo pasa entre el nacimiento de cada uno. Además, recoge también el derecho a acceder a los métodos de regulación de la fecundidad. Es decir, la posibilidad de comprar métodos anticonceptivos libremente

9. El derecho a la información basada en el conocimiento científico
Cualquiera debería poder acceder a una información sexual científica libre y ética, “así como la difusión apropiada en todos los niveles sociales”. Sin embargo, este derecho está sujeto a muchas interpretaciones a nivel social: ¿qué es una ‘difusión apropiada’ exactamente?

10. El derecho a la educación sexual integral
“Este es un derecho que se inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que debería involucrar a todas las instituciones sociales”. Porque la educación sexual no solo se limita al conocimiento de nuestros aparatos reproductivos, sino que incluye el conocimiento de nuestra sexualidad y cómo todo nuestro cuerpo y nuestra mente se ve involucrada en esta parte de nuestras vidas.

11. El derecho a la atención de la salud sexual
Un derecho que no solo tiene que ver con el acceso libre las enfermedades físicas de transmisión sexual, sino también con cualquier tipo de disfunción o trastorno sexual o que, de no serlo, pueda afectar a la sexualidad.

Extraído de Código Nuevo, Autora: Noelia R. Ruano

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