lunes, 26 de marzo de 2018

¿CÓMO HIGIENIZAR LOS JUGUETES?



Para que el juguete se mantenga limpio, libre de hongos y prolonguemos su vida útil, es fundamental seguir estas pautas:




1- Se lavan con agua tibia y jabón neutro o blanco, no usar perfumados. Se sugiere lavarlos antes y después de cada uso.


2- No mojar la parte eléctrica si es un juguete con vibración. 


3- Se secan o se dejan secar al aire libre como ideal. Secar especialmente las zonas de relieve. De esta manera el juguete quedará listo para ser usado sin riesgos al contagio de hongos y bacterias que puedan aparecer.


4- No usar perfumes o alcohol para limpiarlos.


5- Si compartís tu juguete con tu pareja es recomendable que utilicen un preservativo para el juguete, en especial  si no es una pareja estable.

Los que son de silicona tienen muchos poros en los que pueden quedarse las bacterias y pasar de un cuerpo al otro.

También recomendamos ponerle preservativo si lo usas para el ano y luego para la vagina. Hay microorganismos muy diferentes en cada parte de nuestro cuerpo. Si no quieren usar preservativo entonces por lo menos deben lavarlo antes de introducirlo en otro orificio.







Conservación

  • Siempre asegurarse de que estén secos antes de guardarlos.
  • Se recomienda guardar los juguetes envueltos en tela de algodón o seda a temperatura ambiente, preferentemente secos. Ideal colocarlos en bolsitas individuales.
  • No usar nylon ya que es factible la aparición de hongos.
  • También los podés guardar en los clásicos tupper, ya que son herméticos.
  • Quitar las pilas para evitar posibles corrosiones.



lunes, 19 de marzo de 2018

MASTURBACIÓN FEMENINA



La masturbación es la estimulación de los propios genitales, utilizando las manos o juguetes sexuales.

Durante mucho tiempo se consideró a la masturbación una práctica perjudicial para el cuerpo, además de pecaminosa…

Se llegó a pensar que podía causar locura, ceguera, esterilidad, crecimiento de vello en la palma de la mano…. e incluso la muerte.

Igual de insanas eran las “curas”: desde chaleco de fuerzas hasta la extirpación quirúrgica del clítoris.

Afortunadamente los tiempos van evolucionando y en la actualidad se considera una experiencia positiva y recomendable para el cuerpo y la mente de la persona que la practica.


domingo, 11 de marzo de 2018

¿QUÉ ES EL BDSM?



El BDSM es un conjunto de prácticas sexuales, roles y/o identidades en la que ambos participantes, o más, dan su consentimiento para realizarla. De esta manera incluyen en su encuentro sexual prácticas de dominación y sumisión.

Las personas que se identifican con el BDSM lo viven como un estilo de vida, algo así como una forma de relacionarse con el otro a través de una manera de acceder al placer no exclusivamente genital.

O simplemente para ampliar la sexualidad habitual, o como un juego entre los miembros de una pareja que les atrae probar diversas actividades para escapar de la rutina sexual habitual.



Veamos primero que significan sus siglas


Bondage: Hace referencia a prácticas de esclavitud sexual a partir de las ataduras físicas o simbólicas.


Disciplina: Hace referencia a prácticas eróticas relacionadas con reglas, castigos, adiestramiento, protocolos de comportamiento, posturas según las circunstancias, etc. Esta disciplina encierra prácticas de Dominación y Sumisión. Estos dos roles se complementan dando lugar a esta práctica.


Sadismo: Hace referencia a prácticas eróticas en las que una persona obtiene placer causando dolor, humillación o incomodidad a otra persona que acepta esa situación. Aquí intervienen los términos de sumisión y masoquismo (al sumiso le gusta recibir el castigo).



Bases fundamentales


La base de esta práctica es la confianza mutua, casi ciega en la pareja.
Si no existe esta base de confianza o no conocen bien a su pareja es aconsejable no realizarla.



Consenso y Roles

Cuando hablamos de consenso nos referimos a que las partes se ponen de acuerdo en la intensidad, es decir, definir los límites del dolor que están dispuestos a recibir (resumido en las siglas SSC: sensato, seguro y consensuado).

Habitualmente hay dos roles preponderantes: el amo/a y sumiso/a, los que deben ser previamente acordados y que marcan de manera significativa un traspaso de poderes, Erotic Power Exchange (EPE o Intercambio Erótico de Poder) en donde una parte ejerce el rol dominante o activo, y otra parte el sumiso o pasivo.

Como parte de la practica involucra la representación de fantasías y juego de roles, es fundamental tener una palabra se seguridad, que no sea malinterpretada o tomada como parte del juego, nos referimos a esa palabra que significa que el juego debe interrumpirse en ese mismo momento.

Ante esta palabra, el amo debe parar automáticamente la práctica que está realizando.

La palabra de seguridad se acuerda antes de comenzar el juego.



Para tener en cuenta

Para tener una visión amplia del tema, vamos a tener en cuenta las posibles complicaciones que se pueden presentar si practicamos BDSM



1. Lesiones musculares: Cuando la atadura no se realiza adecuadamente puede producir lesiones en nervios y músculos. La gravedad dependerá de la presión y el tiempo que se mantenga el amarre. Recuerden que hay expertos en amarre, no intenten imitar películas o videos. Con un nudo simple es suficiente en ocasiones.


2. Heridas en la piel: Cuando las cuerdas no se atan adecuadamente, puede producir cortes en la piel, sobre todo en tobillos manos y muñecas. También puede cortar la circulación de la sangre y provocar hematomas. Utilicen cuerdas específicas para BDSM.



3. Asfixia: Si la atadura se hace alrededor del cuello; con los brazos rodeando el pecho o se amordaza la boca podría presentarse reducción en la entrada de oxígeno. Esto puede ocasionar dolor de cabeza, desmayo  e incluso asfixia.




Aquí lo importante es que ambas partes disfruten. No es necesario convertirlo en un estilo de vida (a menos que lo deseen), sino más bien tomar de esta práctica aquello con lo que se sientan cómodos.

Como todo en la vida, es cuestión de probar.



Fuente:



lunes, 5 de marzo de 2018

DERECHOS SEXUALES PARA TODOS

En la semana de la mujer,  compartimos nuevamente estos derechos universales, es decir, para todos!! 
Los tiempos siguen avanzando pero aún  debemos aclarar que son para hombres y mujeres.
Deseamos que muy pronto no tengamos que recurrir a un día festivo para recordale al mundo que las mujeres tienen los mismos derechos sexuales y de cualquier tipo que los hombres.


La imagen puede contener: una o varias personas

Los derechos sexuales son Derechos Humanos Fundamentales y Universales, por eso en el XIII Congreso Mundial de Sexología celebrado en Valencia en 1997 declaró los 11 derechos sexuales que todas las personas tenemos y deberíamos tener para disfrutar de una salud sexual saludable y libre. 

Estas son: 
1. El derecho a la libertad sexual
Esto abarca tener la posibilidad de expresar la sexualidad libremente. Sin embargo, hay que recordar que los abusos sexuales, la explotación o coerción contra otros no caben en esta expresión. Hacer daño a otros para expresar tu sexualidad no es sano ni estás ejerciendo tu libertad, es violencia.

2. El derecho a la autonomía, integridad y seguridad sexuales del cuerpo
Todas las personas tenemos el derecho de tomar nuestras propias decisiones en cuanto a nuestra sexualidad “dentro del contexto de la ética personal y social”, según dijo el Congreso Mundial de Sexología. Además, añade que aquí también se incluye el poder tomar el control sobre nuestros cuerpos “libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier tipo“.

3. El derecho a la privacidad sexual
Todas las personas tenemos derecho a tomar decisiones sobre nuestra sexualidad y nuestras conductas individuales “realizadas en el ámbito de la intimidad”. Es decir, derecho a la masturbación o cualquier otra conducta sexual realizada en privado y en solitario. Y, de nuevo, siempre y cuando no interfieran en los derecho sexuales de otros. Masturbarte delante de otros sin su consentimiento sí es acoso sexual.

4. El derecho a la equidad sexual
Este derecho hace referencia a la oposición de cualquier forma de discriminación, “independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación física y emocional”.

5. El derecho al placer sexual
Todo ejercicio de la sexualidad debería estar enfocada al placer de las personas. Por eso se quiso blindar el derecho al placer, incluyendo el autoerotismo y la masturbación. Ejercerlo es fuente de bienestar físico, psicológico y emocional. 

6. El derecho a la expresión sexual emocional
Más allá del placer que les proporcionen sus cuerpos (no solo sus genitales), todas las personas tienen derecho a expresar su sexualidad mediante “la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor”.

 7. El derecho a la libre asociación sexual
Aunque todavía no esté legalizado ni regularizado en muchos países del mundo, este derecho incluye la posibilidad de contraer (o no) matrimonio, de divorciarse o de establecer cualquier tipo de asociación sexual responsable y consentida. Como por ejemplo, compartir piso con tu pareja sin tener necesariamente ningún tipo de vínculo matrimonial.

8. El derecho a la toma de decisiones reproductivas, libres y responsables
El derecho a decidir tener hijos o no tenerlos, cuántos se tienen, con quién y qué tiempo pasa entre el nacimiento de cada uno. Además, recoge también el derecho a acceder a los métodos de regulación de la fecundidad. Es decir, la posibilidad de comprar métodos anticonceptivos libremente

9. El derecho a la información basada en el conocimiento científico
Cualquiera debería poder acceder a una información sexual científica libre y ética, “así como la difusión apropiada en todos los niveles sociales”. Sin embargo, este derecho está sujeto a muchas interpretaciones a nivel social: ¿qué es una ‘difusión apropiada’ exactamente?

10. El derecho a la educación sexual integral
“Este es un derecho que se inicia con el nacimiento y dura toda la vida y que debería involucrar a todas las instituciones sociales”. Porque la educación sexual no solo se limita al conocimiento de nuestros aparatos reproductivos, sino que incluye el conocimiento de nuestra sexualidad y cómo todo nuestro cuerpo y nuestra mente se ve involucrada en esta parte de nuestras vidas.

11. El derecho a la atención de la salud sexual
Un derecho que no solo tiene que ver con el acceso libre las enfermedades físicas de transmisión sexual, sino también con cualquier tipo de disfunción o trastorno sexual o que, de no serlo, pueda afectar a la sexualidad.

Extraído de Código Nuevo, Autora: Noelia R. Ruano